Reunir una lista de las guerras a las que más atención y apoyo debe prestar la comunidad internacional en 2016 es difícil, y no por buenos motivos. Tras el fin de la guerra fría, durante veinte años, el número de conflictos mortales disminuyó. Había menos guerras y mataban a menos gente. Sin embargo, hace cinco años, esa tendencia positiva se invirtió, y desde entonces cada año hay más conflictos, más víctimas y más personas desplazadas. No parece que en 2016 vaya a mejorar la situación de 2015: lo que está en alza no es la paz, sino la guerra.
Dicho esto, hay algunos conflictos cuya urgencia y cuya importancia son mayores que las de otros. La lista de 10 de este año se inclina hacia las guerras con las peores consecuencias humanas: Siria e Irak, Sudán del Sur, Afganistán, Yemen y la cuenca del lago Chad.
Una vez más, el país más joven del mundo (Sudán del Sur) está en peligro de caer en una guerra civil declarada. El acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y el mayor grupo de la oposición en agosto, después de una intensa labor de mediación encabezada por países africanos, está a punto de venirse abajo. Mientras tanto, proliferan los grupos armados ajenos al acuerdo.
Un soldado del SPLA. (Samir Bol/AFP/Getty Images)
Las raíces del conflicto están en la rivalidad interna entre varias facciones durante la larga lucha de Sudán del Sur por la independencia. El país se separó de Sudán, pero poco después, el 15 de diciembre de 2013, estalló una guerra civil cuando las divisiones dentro del Movimiento de Liberación Popular, que gobernaba en Sudán, llevaron a luchas y asesinatos selectivos con
criterios étnicos en la capital, Juba. Horas después de estallar el conflicto, decenas de miles de personas buscaron refugio en las bases de la ONU para huir de las masacres étnicas y la violencia sexual. Hoy, casi 200.000 personas están bajo protección directa de las fuerzas de paz de la ONU.
En los dos últimos años, se han visto desplazadas más de 2,4 millones de personas y han muerto decenas de miles. Un informe hecho público por la Unión Africana en octubre contaba con detalle atrocidades cometidas por las dos partes, incluidos asesinatos en masa y violaciones. Ahora son más de 24 grupos armados los que no se alinean ni con el Gobierno ni con las principales fuerzas de oposición. Se materializa la perspectiva de una guerra multilateral. Los países de la región interesados, en especial los miembros de la Autoridad Intergubernamental de Desarrollo (IGAD), que medió para lograr el acuerdo de paz , y las potencias internacionales, entre las que figuran socios de la IGAD como China, Noruega, Estados Unidos y Reino Unido, deben emprender acciones urgentes y unidas para obligar a los líderes de Sudán del Sur a respetar su compromiso con el acuerdo de paz y evitar un catastrófico regreso a la guerra.
Además, Sudán del Sur es un refugio inseguro. El Campo de Protección de Civiles de Malakal cobija a unas 30.000 personas que sobreviven en condiciones mínimas.
La temporada de lluvias comenzó e hizo las condiciones de vida muy difíciles para las personas desplazadas de los PoC mas concurridos en Sudán del Sur.
Las personas se enfrentan a riesgos de salud como malaria y cólera debido a falta de infraestructuras de drenaje. 32.000 personas viven actualmente en este PoC que ha sufrido los episodios más violentos de la Guerra Civil de Sudán del Sur.
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