domingo, 11 de diciembre de 2016

EL PRECIO DE LA TECNOLOGÍA

Muchas de las baterías de nuestros móviles y tablets nacen de las minas del Congo, del abuso laboral y de la explotación de cada vez más menores en esa zona, con jornadas de trabajo de hasta doce horas y con apenas equipo de protección .

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Las reservas más grandes del mundo de coltán se encuentran en la República Democrática del Congo. El gran depósito se encuentra en el centro de la guerra más sangrienta del planeta.


La obsesión por el coltán comenzó a finales de los años noventa, coincidiendo con el boom digital. Entonces, el coltán se llegó a pagar a más de 100 euros el kilogramo. En 2010, Estados Unidos hizo el primer intento de regular el mercado. Se aprobó una ley (Dodd-Frank) que obliga a las empresas norteamericanas a garantizar que las materias que usan para fabricar sus productos no proceden de la guerra. Esto incluye el tántalo, el estaño, el wolframio y el oro.


Desde entonces, se están creando mecanismos y estructuras para poner el sello a los minerales limpios de guerra. Pero no es nada fácil. Hay que comprobar que la mina no está controlada por grupos armados y que no trabajan en ella menores o mujeres forzadas.

En cinco años, solo 140 minas de las 5.000 han obtenido la libertad de actuación. Mientras tanto,  Europa aún no ha hecho ni el intento. En la Unión Europea hay 880.00 empresas que usan el estaño, el tántalo, el tungsteno y el oro en la producción de bienes de consumo. Es decir, posibles minerales que provienen de la guerra. El Parlamento Europeo esta debatiendo si lo regula y cómo hacerlo. 

El control por las minas de este mineral escaso ha originado que este conflicto durara tantos años y que haya quitado la vida a cuatro millones de personas desde 1997. Han existido y existen aún graves hambrunas en muchas regiones de este país que soporta una deuda externa casi insostenible. Sin embargo, es uno de los países con mayor riqueza, siendo La cuenca del río Congo”, la segunda selva más importante de la tierra.

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En las montañas del parque Nacional Kahuzi Biega, donde se extrae el Coltán, han acabado además con la vida de cientos de gorilas, perdiéndose para siempre poblaciones muy importantes de este simio en peligro de extinción.
Los niños mueren por enfermedades y malnutrición cada día porque son incapaces de conseguir un hospital bien equipado. Miles de ciudadanos han huido al interior de la selva, donde se enfrentan al hambre y a las enfermedades. Ha sido la guerra que más muertes ha generado desde la segunda guerra mundial, con mil víctimas mortales diarias.

Se trata de un enorme problema y el mundo cierra los ojos por claros intereses económicos.

El Proyecto Gran Simio ha pedido tanto al gobierno de España como a la Comunidad Internacional, que se cancele la deuda externa de este país y que se ayude a su población a combatir el hambre y las enfermedades, pidiendo a cambio a su gobierno, un respeto por los derechos humanos, apoyo a la población civil y la conservación de su riqueza natural.

Se ha pedido a empresas como Apple, Microsoft o Samsung que se aseguren de no usar productos extraídos por mano de obra infantil.

Es ilógico, que un país tan rico en minerales y que podría ser rico y tener una población en desarrollo, con industrias y explotaciones sostenibles, se encuentre en la miseria más absoluta, excepto los dirigentes y sus seguidores.

¿Por qué no se trata de solucionar?


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Sencillamente, porque no le interesa ni a las multinacionales ni al gobierno. Esta es la realidad, es mejor mantener esta situación, seguir extrayendo recursos naturales a bajo coste usando mano de obra barata y después exportar el material a occidente para su elaboración, sin crear trabajos fijos, ni industrias, ni desarrollo. A cambio, el gobierno sigue beneficiándose de sus ciudadanos. No le interesa tener una ciudadanía formada, es mejor mantenerlos en la ignorancia, perdidos y muertos de hambre para que no tengan ganas de luchar por su propia subsistencia.


                                                                 Fuente: Youtube

Debemos emplear todos nuestros conocimientos para que la humanidad avance, pero lo debemos hacer con el respeto a la naturaleza, sin que esos avances signifiquen por otro lado destrucción, pobreza y muerte.


¿Serías capaz de renunciar a la tecnología si así se solucionara esta situación?
                          

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