El dinero es un elemento básico para
la prosperidad de la sociedad. Sin dinero estaríamos condenados
a vivir en una sociedad rudimentaria basada en el trueque o en la Ley de la
selva, donde cada individuo buscaría satisfacer sus necesidades sin pensar en
el prójimo más allá de intercambios de subsistencia. ¿Quieres hacerte una idea
de como sería una sociedad sin dinero? Tan solo tienes que observar cualquier
especie del reino animal o algún documental de los primeros homínidos. El
dinero permite el desarrollo y
la prosperidad de la Sociedad.
Billete del banco de España 1928
Hoy en día hablar de dinero es un tema muy común, día a día podemos escuchar alguna noticia refiriéndose a este…pero sobre todo el dinero lo consideramos muy necesario para vivir, pero, ¿sabemos qué es el dinero?
El dinero es una mercancía, siendo una mercancía un bien económico que el Hombre ha decidido que tiene algún valor para sus intereses. Una mercancía puede ser el petróleo en la actualidad (pero el petróleo no era una mercancía en el siglo XV ya que carecía de valor en aquel momento). Para entender que es el dinero y cómo surgió es importante saber cuáles son las necesidades de los individuos y cómo funciona la Sociedad.
A través de la Pirámide de Maslow, vemos como se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide), para así comprender las utilización del dinero.
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Cuando empezó a desarrollarse las primeras sociedades miles de años atrás las personas se dieron cuenta que si cada uno de sus miembros se especializaba en una tarea o empresa (ir a cazar, recolectar, etc.) y luego realizaban un intercambio entre ellos, se podía obtener mejores y más rápidos resultados de cara a satisfacer sus necesidades. De ahí surgió el trueque y la especialización de las habilidades o del conocimiento de cada individuo. Sin embargo el trueque tenía sus limitaciones: A lo mejor un recolector solo podía recoger los frutos silvestres durante una temporada y el resto del año no podía ni almacenarlos ni intercambiarlos por otro tipo de alimento. Es entonces cuando deciden intercambiar lo que poseen (frutos silvestres que han recolectado) por otros bienes que no necesitan en ese momento (por ejemplo pieles en verano), para llegado el invierno poder conseguir lo que si quieren (otros alimentos como carne). En ese momento algunos bienes se convierten en dinero (en el caso del ejemplo sería las pieles).
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PERO, ¿PARA QUÉ SIRVE EL DINERO?
El dinero tiene dos funciones: bien de intercambio y depósito de valor.
>DINERO COMO BIEN
DE INTERCAMBIO
Un bien de intercambio es aquel que no tiene una utilidad
directa para cubrir tus necesidades pero que te sirve para obtener otros bienes
que si valoras.
>EL DINERO COMO
DEPÓSITO DE VALOR
El depósito de valor,
es decir, atesorándolo, es la propiedad que te permite mantener el valor a lo
largo del tiempo de algún bien que poseas. Por ejemplo si has recolectado unos
frutos silvestres, estos solo mantendrán su valor unos cuantos días ya que son
perecederos. Pero si por ejemplo el recolector los intercambia por pieles éstas
mantendrán su valor por más tiempo. Una persona que produzca riqueza puede
invertirla y/o consumirla o atesorar dinero para invertirlo o gastarlo más
adelante. En verdad el depósito de valor no es más que la capacidad de
intercambiar bienes actuales por otros en un futuro.
Los economistas clásicos creyeron que el dinero sólo era un
velo que ocultaba la realidad de los intercambios: en última instancia, las
mercancías se intercambian por otras mercancías. ¿Qué papel fundamental
desempeña entonces el dinero? Nada, apenas un convidado de piedra que sí,
engrasa y facilita los intercambios frente al trueque, pero poco más.
En una
economía de intercambio, donde cada persona produce para satisfacer las
necesidades ajenas como paso previo a satisfacer las propias, debe de existir
algún método para averiguar qué producciones son las más valiosas. Al cabo, las
materias primas y trabajadores que yo utilizo para producir, por ejemplo,
corbatas son materias primas y trabajadores que otro no podrá utilizar otra
persona para producir, por ejemplo, maletines. ¿Qué les es más valioso a los
consumidores? ¿Cómo comparar las manzanas-corbatas con las peras-trabajadores o
con los melocotones-maletines? De nuevo, el dinero entra en acción: si
reducimos todos los bienes y factores a un precio monetario que se haya
determinado a través de intercambios voluntarios en el mercado, podremos
calcular si los consumidores valoran más, en dinero, las corbatas que los
maletines o que el resto de usos alternativos que se les podría haber dado a
los trabajadores y a las materias primas. El dinero, pues, también sirve como
común denominador y herramienta de cálculo para tomar decisiones empresariales.
Lejos de lo que parece transmitir la
expresión clásica del "velo monetario", el dinero presta un servicio
(o triple servicio) esencial e insustituible dentro de nuestras sociedades. Es
el dinero, al final, lo que fuerza a los empresarios a competir para ponerse al
servicio de los consumidores, lo que valida la soberanía del consumidor: si
éstos no enajenan sus mercancías a cambio de dinero, se quedan atascados con
ellas, lo que significa que no podrán acceder ni hoy ni mañana a las mercancías
que hubiesen deseado adquirir. Por eso, Gobiernos y empresarios ineficientes
llevan siglos atacando al dinero desde todos los frentes.
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